Ángel
René Argumedo G. cod. 2081174
El pródromo de la enfermedad es completamente
inespecífico pero en su transcurso desarrolla síntomas neurológicos graves. Con
un cuadro clínico con síntomas tan comunes se diagnostica, inicialmente, una
enfermedad común, (amigdalitis vs. Dengue vs. Faringitis viral) pero con los
síntomas que siguieron a estos se cumple el principio de que “enfermedades
raras se pueden presentar con síntomas comunes y enfermedades comunes se pueden
presentar con síntomas raros”.
En los paraclínicos iniciales no se presenta una
leucocitosis significativa, mas sin embargo el segundo cuadro hemático lo
encontramos con leucocitosis marcada con 87% de segmentados, adicionalmente
presenta fiebre, hipertensión, no se documentan síntomas de bloqueo colinérgico
(Visión borrosa, miosis, lagrimeo, sialorrea, diaforesis, broncorrea,
bronco-espasmo, disnea, vómito, dolor abdominal tipo cólico, diarrea, disuria, falla
respiratoria, bradicardia) a pesar del bajo nivel de colinesterasa sérica.
En el transcurso de su enfermedad hay un cambio en el
enfoque diagnóstico debido al importante compromiso neurológico que presenta el
paciente, pasando de ser un cuadro predominantemente febril a uno neurológico y
es por ello que debemos considerar en este momento una enfermedad que pueda
manifestarse como encefalitis y se reinterrogan antecedentes que pudieran estar
relacionados y a pesar de que se documenta una exposición evidente como es la
mordedura por murciélago se duda de este dato debido a que dicha exposición
ocurre en un área urbana y no rural como suele ocurrir. Sin embargo, la
evolución se orienta cada vez más hacia la sospecha diagnóstica de rabia no
clásica y sabemos que así se confirma por estudio de autopsia porque este es un
caso muy conocido1 ocurrido en el 2008 y publicado en Biomédicas en el
2009, escuchado en la presentación de Dr. Pradilla en la XVI edición de las
Jornadas Pediátricas de Santander, sin embargo vale la pena formular algunas
impresiones diagnósticas del cuadro y revisar por qué el paciente tardó 17 días
para que se considerara la posibilidad de un caso de rabia.
Entre los factores que aumentaron la dificultad
diagnóstica de este caso están: como ya lo mencionamos el cuadro clínico se
presenta con síntomas inespecíficos, el hecho de que a pesar de que existió el
antecedente de mordedura por murciélago, dicho antecedente data de 6 meses
atrás y en el área urbana de Floridablanca, situación muy poco frecuente.
Se podría
sospechar de otros tipos de encefalitis viral, del síndrome de Guillen-Barré,
malaria cerebral y mielitis transversa.
Se considera un diagnóstico diferencial el síndrome de
Guillen-Barré porque es un cuadro
caracterizado por debilidad muscular que cursa con compromiso de pares
craneales llegando a tener manifestaciones de disfagia, la hiponatremia que se
puede correlacionar con SSIHAD que tan a
menudo presentan estos pacientes2,3. Teniendo en cuenta que la debilidad muscular se
inició en el miembro superior derecho y solamente luego se desarrolló la
dificultad en la marcha y que el síndrome de Guillen-Barré la progresión se da de modo ascendente2, se disminuye la probabilidad clínica de esta
entidad.
El paciente se presenta con hipertensión en vez de la
hipotensión que acompaña a extravasación de líquido de la malaria, no presenta
plaquetopenia ni alteraciones en dentro de los mecanismos coagulación que se
tradujera a hemorragias, petequias, hemorragias retinianas, etc.
La mielitis transversa es una entidad que debería
tomarse en cuenta mirando la evolución del cuadro neurológico, pero usualmente
en la puncion lumbar encuntramos signos de inflamación como un aumento en el
número de leucocitos en LCR. La neuropatía es bilateral y usualmente simétrica.
Pero fundamentalmente la tenemos como un diagnóstico de baja probabilidad (a
pesar de que gran parte de la clínica concuerda) porque una IRM espinal
aumentada y punción lumbar son mandatarias en la evaluación de ATM sospechada y
un diagnóstico de ATM requiere la aumentación anormal de gadolinio de la médula
espinal o pleocitosis del LCR o un índice IgG elevado, condiciones no cumplidas
ninguna de ellas por el paciente en cuestión4,5.
Una consideración final: los criterios según los
hallazgos al doopler transcraneal y al EEG NO aplican en los casos de rabia
encefalítica ya que la enfermedad simula una muerte cerebral pero es reversible
y es debida a espasmos en las arterias cerebrales6.
Han habido solo 7 casos de supervivencia a esta letal
zoonosis7–13, algunos de ellos controvertidos en la confirmación
de su diagnóstico.
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Accedido mayo 21, 2012.
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